Santa Brígida podría tener una Comunidad Energética Local y una Comercializadora Municipal de Electricidad

Por su parte, María Sánchez Fernaud, explicaba con su moción, que generar la energía en el mismo lugar que se consume significa evitar pérdidas en el transporte, altos costes en infraestructuras para dicho transporte y grandes plantas de generación con el impacto ambiental que esto implica.

Al pleno ordinario de septiembre, Ando Sataute presentó una tercera moción buscando un acuerdo que no se alcanzó, para impulsar la creación de una Comunidad Energética Local con cooperativas ciudadanas para generar energía solar, donde los propios vecinos y vecinas sean quienes participen en la generación y gestión de energía solar para su propio abastecimiento. Otra propuesta que requería mayor visión de futuro, y fue rechaza igualmente con diez votos frente a los siete que sumaron los seis de Ando Sataute y el concejal del PSOE.

La concejal de Ando Sataute, María Sánchez Fernaud Vega, que defendió esta moción, también propuso iniciar los estudios correspondientes para la valoración económico-técnica de constitución de una que permita a la ciudadanía acceder al suministro eléctrico a través de una compañía pública de electricidad, sumándonos a los proyectos realizados por otros ayuntamientos.

Otra gran ventaja que se deriva de este modelo es la generación de empleo. Actualmente, ya hay muchas empresas creadas en el segmento denominado de transición

Por su parte, María Sánchez Fernaud, explicaba con su moción, que generar la energía en el mismo lugar que se consume significa evitar pérdidas en el transporte, altos costes en infraestructuras para dicho transporte y grandes plantas de generación con el impacto ambiental que esto implica. La generación distribuida, que es la generación basada en muchas pequeñas instalaciones en lugares próximos al consumo, es un modelo que permite a la ciudadanía ser consumidora, productora y actora principal del sistema energético, vendiendo los excedentes cuando produzca más de lo que consume y comprando la energía cuando la producción sea menor al consumo. Además, señalaba Sánchez Fernaud, otra gran ventaja que se deriva de este modelo es la generación de empleo. Actualmente, ya hay muchas empresas creadas en el segmento denominado de transición, y el ritmo podría incrementarse notablemente en los próximos años ya que, al menos, un 37,5% de los fondos europeos deben ser utilizados en proyectos que contribuyan a lograr una sociedad más sostenible.

Abundando en la defensa de lo necesario de alcanzar el acuerdo propuesto por Ando Sataute, María Sánchez, comentaba que las Comunidades Energéticas Locales son entidades jurídicas de participación voluntaria y abierta, controladas por accionistas o miembros que sean personas físicas o jurídicas y también administraciones locales, autonómicas o nacionales. Su objetivo social principal es ofrecer beneficios energéticos, de los que se deriven también los medioambientales, económicos o sociales, a sus miembros o a la localidad en la que desarrolla su actividad, más que generar una rentabilidad financiera.  Las actividades a desarrollar por las Comunidades Energéticas Locales son, entre otras: la generación de energía procedente de fuentes renovables, la distribución, el suministro, el consumo, la agregación, el almacenamiento de energía, la prestación de servicios de eficiencia energética, la prestación de recarga para vehículos eléctricos o de otros servicios energéticos. Como estimulo, además, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE), ha emprendido una línea de trabajo para impulsar las Comunidades Energéticas Locales mediante la elaboración de una guía con los pasos a seguir para su constitución y la posibilidad de financiar proyectos piloto. Además, ha diseñado un ecosistema de apoyo a las comunidades energéticas, dotado con 100 millones de euros del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.